Usar un método para compartir el Evangelio: ¿Es relacional o robótico?

by May 9, 2023Evangelismo Personal, VIDA CRISTIANA

 Las conversaciones acerca de Cristo con los incrédulos pueden ser desafiantes.  Una de las principales razones es que nunca se sabe cuándo se puede presentar una oportunidad, especialmente cuando menos lo esperas.

Aprender un método para compartir el Evangelio te ayuda a prepararte para lo imprevisible. Implica tener un esquema básico de lo que podrías decir y cómo lo vas a decir, incluyendo los elementos esenciales del evangelio, referencias bíblicas, transiciones e ilustraciones.

Sin embargo, si no tenemos cuidado, el uso de un método puede parecer trillado, superficial e incluso robótico.

La clave para utilizar un método es encontrar el equilibrio entre estar preparado y parecer programado. Dicho esto, he aquí algunas ideas sobre cómo encontrar ese equilibrio.

1. Utiliza un método como una hoja de ruta, no un guion.

Una de las principales razones por las que no me gusta recibir llamadas de telemarketing es que me doy cuenta de que alguien está leyendo un teleprompter para saber qué decir. Me doy cuenta de que la persona que llama está motivada por la obligación y que yo no soy más que un número en una pantalla en lugar de una persona. A nadie le gusta que le “hablen”, saltándose el flujo natural de una conversación. Lo mismo ocurre con las personas con las que compartimos el Evangelio.

Aunque un método no debe utilizarse como un guion, puede ser una hoja de ruta útil que proporcione puntos principales, versículos y posibles transiciones e ilustraciones que utilizar. Le proporciona una estructura básica, de modo que, si la persona hace una pregunta inesperada o aborda un tema secundario, usted tiene un punto de referencia en su esquema al que volver.

2. Aprenda varios métodos para compartir el Evangelio.

Utilizar un método es una buena manera de mantener la conversación encauzada y asegurarse de presentar los elementos esenciales del Evangelio. Sin embargo, tratar de aplicar el mismo método exacto a todas las personas que conoce no es sabio ni bíblico.

Jesús proclamó el mismo mensaje a lo largo de su ministerio, pero los métodos que utilizó para compartir ese mensaje variaron. Jesús utilizó un pozo y “agua viva” con la mujer del pozo en Juan 4, pero utilizó la historia de la serpiente de bronce con Nicodemo en Juan 3. Jesús reconoció que las personas tienen diferentes antecedentes, personalidades, estilos de aprendizaje y necesidades sentidas. Jesús reconoció que las personas tienen diferentes antecedentes, personalidades, estilos de aprendizaje y necesidades sentidas. Él se esforzó por conocerlos donde estaban de una manera que pudieran seguir y entender. Nosotros debemos hacer lo mismo y tener a mano métodos, transiciones e ilustraciones bíblicas que podamos utilizar cuando el Espíritu Santo nos lo pida.

3. Haz que tu meta sea acercar a la persona a Cristo en lugar de simplemente terminar la presentación.

Una de las trampas de aprender un método es que sentimos que necesitamos presentar todo el método para tener éxito. Cuando esto sucede, la evangelización puede convertirse más en un sermón que en una conversación, más en un monólogo que en un diálogo.

La gente desea ser escuchada y quiere tener la oportunidad de debatir y procesar nuevas ideas. Sea cual sea el método que utilices, asegúrate de dejar espacio para la respuesta de la persona para asegurarte de que la persona está siguiendo cada punto de tu método. Puede que termines o no toda tu presentación, pero el Señor puede usarte para dirigir a la persona a considerar una afirmación de Cristo de una manera nueva, disipar un estereotipo o falsa creencia, y/o abrir su apetito para escuchar más.

4. No te estanques en la rutina. Nuestro Dios es un Dios creativo.

Necesitamos depender constantemente de Él para que nos guíe hacia formas creativas de compartir las buenas nuevas. Por ejemplo, los misioneros en Japón estaban estancados tratando de comunicar el evangelio a otros. No importaba cuántas veces utilizaran los métodos “probados y verdaderos” con los japoneses, nada funcionaba.

Finalmente, experimentaron un gran avance cuando a uno de los misioneros se le ocurrió una nueva forma de comunicar el evangelio llamada “el puente hacia la vida”. Fue un nuevo método extremadamente eficaz para llegar a los japoneses y ahora se utiliza en todo el mundo.

No se trata tanto de la eficacia del método del puente, sino de que los misioneros estaban abiertos a una nueva forma de compartir una verdad intemporal: ¡las buenas nuevas de Jesucristo!