Más allá del pesebre
La ironía de esto es que mientras muchos lo reconocen como un bebé, solo unos pocos lo reconocen como su Señor y Salvador. Son conscientes de la Navidad, pero no son conscientes de su necesidad de Cristo. Así come esto puede darles a cristianos pausa, también nos da una oportunidad.
Como creyentes, estamos llamados a que Jesús sea conocido ampliamente; y guiarlos al mensaje más allá del pesebre. Sin embargo, con todas las atracciones, los sonidos y distracciones que vienen con la Navidad, puede ser un reto permanecer en la misión. Para mantenerme enfocado, hago mi propósito diario recordar que la razón de la Navidad era la misión de Jesús en reconciliar a las personas con Dios.
De la cuna a la cruz
Cuando veo a Jesús en el pesebre, me recuerda que Él estaba en una misión para mí y para aquellos con quienes comparto el evangelio. Él vino como un bebé para finalmente morir por nuestros pecados y resucitar de entre los muertos.
En otras palabras, la cuna (pesebre) está directamente ligada a la cruz, el instrumento qué hizo posible nuestra reconciliación con Dios. Como dice 1 Pedro 3:18:
“Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios.”
Él dejó el cielo por la tierra para que un día, cuando yo muera y deje la tierra, entraré en el cielo. Esa era Su misión.
La parte emocionante es que Su misión continúa, y Él nos ha invitado a mí y a ustedes a ser parte de ella. Tenemos el privilegio de entregar el evangelio, el mismo mensaje que comunica cómo reconciliarnos con Dios a través de la fe en Jesús.
De la cuna a la corona
Entonces, la cuna (el pesebre) que vemos cada Navidad está conectada a la cruz. Pero no solo eso, está conectado a una corona. Servimos como embajadores de Jesús. No representamos al bebé en el pesebre o al mártir sufriente en la cruz, sino al Rey coronado del universo.
Debido a eso, tenemos Su poder y Su autoridad concedida a nosotros (Hechos 1:8). Sabiendo que Él tiene el poder de usarnos a pesar de nuestras debilidades, de darnos valor sobrenatural y de cambiar las vidas de aquellos con quienes hablamos debería darnos confianza frente a cualquier oposición.
De la cuna a la Conclusión
Así como hubo un día en que Jesús estuvo en la Tierra entre nosotros, habrá un día en que estaremos delante de Él en el cielo. Igualmente, todos los que veo y con los que hablo tendrán que pararse ante de Él. Este hecho me ayuda a mantener el evangelismo en la mente. Cuando hablo con los que no son creyentes la pregunta más importante que se les debe de hacer es, si están reconciliados con Dios a través de Cristo. ¿Conocen al hombre que nació para ser nuestro salvador?
Últimamente me recuerdo que veré a Jesús cara a cara. Sé que mi obediencia a Él con respecto al evangelismo será parte de la evaluación (no para la entrada al cielo, solo la fe en Cristo merece eso, sino para la recompensa en el cielo). No sé ustedes, pero cuando llegue ese día, quiero escuchar estas 7 palabras: “Bien hecho, mi siervo bueno y fiel”. Nada más importará entonces. Y si eso es lo que importa entonces, debería importar ahora.
Lucas 2:17
Mientras celebras los gozos de la Navidad, sigue los pasos de los pastores que vieron a Jesús por primera vez, haciéndolo ampliamente conocido; para conducir el mensaje más allá del pesebre. Enfócate cada día en que la razón de la Navidad era parte de la misión de Jesús para reconciliar a las personas con Dios.
Lucas dice de ellos: “Cuando los pastores lo vieron, les contaron a todos lo que se les había dicho acerca del niño.” Lucas 2:17
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