Entendiendo el miedo: Cómo el miedo afecta el evangelismo
Hay muchas concepciones sobre el evangelismo, y una es que los cristianos no deben tener miedo de compartir la palabra de Dios. La realidad de este mundo y compartir la fe hace que sea difícil no sentir los nervios de compartir el evangelio. Muchos creyentes temen compartir el evangelio debido a las reacciones negativas que uno podría tener.
Como cristianos, estamos llamados a compartir la palabra de Dios y cantar Sus alabanzas. Comprender el temor y cómo afecta lo que estamos llamados a hacer puede cambiar el juego de compartir el Evangelio.
Vamos a desglosar el miedo y sus efectos secundarios.
Se supone que el temor de compartir el Evangelio nos hace débiles.
Es normal sentir miedo cuando se trata de compartir el Evangelio, especialmente en el mundo de hoy. Muchos temen compartir a Cristo debido a las reacciones negativas que esperan al otro lado. Algunos pueden tener objeciones al evangelio en las que no sabes cómo responder, otros pueden no querer tener nada que ver con él, y muchos podrían cancelar/negar el cristianismo.
Debido a estas respuestas negativas, el miedo se apodera de nosotros y luego comenzamos a hacernos preguntas como:”¿Qué tan fuerte soy en mi fe si tengo demasiado miedo para compartir?” o “¿Este temor de compartir el evangelio me convierte en un cristiano débil?” La realidad es que este miedo es la fuerza en el evangelismo.
En lugar de permitir que el miedo nos consuma, usarlo para humillarnos y depender de Cristo muestra fortaleza en nuestras relaciones con Él. Depende de Él para que te proporcione las palabras, la sabiduría y el coraje para compartir el evangelio.
“Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.” 1 Corintios 2:3-5
Se supone que el miedo nos impide compartir el Evangelio.
“Cuanto más a menudo se sienta sin actuar, menos podrá actuar …” C.S Lewis, Las cartas de Screwtape.
En este libro, Screwtape le escribe a su sobrino Wormwood sobre un humano a quien están tratando de alejar de Cristo. Esta cita es igual de relevante en el evangelismo. Cuanto más nos permitamos temer y no compartir el Evangelio, menos lo compartiremos. Incluso sin la presencia del temor, llegaremos a ser condicionados para no aprovechar las oportunidades del Evangelio.
El objetivo del enemigo es reducir el número de creyentes, y la forma más fácil de hacerlo es evitando que los creyentes compartan. Cuanto menos hacemos como cristianos, más hace el enemigo. En cambio, debemos recordar que el miedo no puede impedirnos cumplir con nuestro deber como cristianos, es decir, aumentar el número de creyentes.
Cuando comiences a notar que tu miedo te impide compartir el Evangelio, vuelve a enfocar las cosas en lo anterior y no en el miedo: el enemigo quiere que te detengas en el miedo para que no actúes. En cambio, haz una oración. Pide el valor y la fuerza para hablar y compartir lo que Dios pone en tu corazón.
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