¿Cómo explico la Biblia a un nuevo creyente?
Una parte esencial del discipulado de un nuevo creyente es ayudarle a entender la importancia de la Biblia y cómo utilizarla en su caminar con Cristo. Vamos a cubrir algunos conceptos básicos a un nivel alto. Al final, usted tendrá un mapa que le ayudará a guiar a otros a través de sus primeros pasos en la Palabra de Dios.
¿Por qué necesitamos la Biblia?
La oración es el modo en que hablamos con Dios. La Biblia es el método principal por el que Dios nos habla. Un nuevo creyente tiene que entender que no es algo que guardas en la estantería de tu casa como símbolo de tu fe cristiana. Del mismo modo, no es un libro de virtudes, ni una colección de historias inspiradoras, ni un libro general de refranes. Debemos compartir con ellos que es la palabra de Dios, y debemos decir de la Biblia lo que ella dice de sí misma: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” – 2 Timoteo 3: 16-17
Estos versículos por sí solos nos muestran por qué necesitamos la Biblia. Es el medio principal por el cual oímos de Dios para ser enseñados por Él, corregidos por Él, entrenados por Él, hechos completos por Él, y equipados para toda buena obra por Él. No podemos vivir una vida cristiana productiva, saludable y próspera sin contemplar regularmente la Palabra de Dios.
¿Cómo está dividida la Biblia?
La Biblia es un libro grande, lo que puede intimidar. Por eso es útil que el nuevo creyente entienda que, aunque es una “historia” completa, está dividida en 66 libros y cartas. Saber esto puede hacer que la Biblia parezca más accesible y menos desalentadora.
El Antiguo Testamento consta de 37 libros. Estos se dividen en categorías útiles.
Historia: Génesis – Ester
Poesía: Job – Cantar de los Cantares
Profetas Mayores: Isaías – Ezequiel
Profetas menores: Daniel – Malaquías
El Nuevo Testamento consta de 29 libros. Estos también se dividen en útiles categorías.
Los Evangelios: Mateo – Juan
La Historia: Hechos
Cartas de Pablo: Romanos – Filemón
Otras Cartas: Hebreos – Judas
Profecía: Apocalipsis
¿Cómo meditar en la Biblia?
El Salmo 1 nos dice “dichoso aquel… que se deleita en la ley del Señor y medita en su ley día y noche“. La “ley del Señor” es una referencia a las Escrituras. Es interesante que la instrucción aquí, y en otras partes de la Biblia, no es sólo leerla, sino meditar en ella. Esta es una verdad importante para llamar la atención de un nuevo creyente. Deben entender que la Biblia no es una guía de referencia rápida para echar un vistazo de vez en cuando para una instrucción sobre la marcha. La Biblia, como se describe a sí misma en Hebreos 4:12, es “…viva y eficaz. Más cortante que toda espada de doble filo, penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos; juzga los pensamientos y las actitudes del corazón“. Los versículos de la Palabra viva de Dios están destinados a ser meditados, contemplados y recontemplados mientras nos saturamos de su sabiduría y verdad. Este proceso toma tiempo y requiere pensamiento cuidadoso y oración. El nuevo creyente debe comprender que estudiar las Escrituras es una disciplina de la vida cristiana. Lleva tiempo desarrollar este hábito, y seguirá desarrollándose durante toda la vida.
Cómo leer y comprender la Biblia
Comprender y vivir de acuerdo con las Escrituras es un proceso permanente de crecimiento, poda y nuevo crecimiento. En este proceso, los cristianos procuran observar las Escrituras con estudio, se esfuerzan por interpretarlas correctamente y tratan de aplicarlas con cuidado. Se puede decir mucho sobre estas tres áreas, pero el nuevo creyente simplemente necesita entender algunas claves para empezar.
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- Ora siempre antes de leer las Escrituras. Reza pidiendo sabiduría, comprensión y que Dios te revele una interpretación clara.
- Lea siempre las Escrituras en su contexto. Esto se logra leyendo varios versículos por encima y por debajo del pasaje que se está estudiando. El apologista Greg Koukl dice famosamente, “nunca lea un versículo de la Biblia” por esta razón. Los versículos deben leerse en contexto para maximizar la comprensión y minimizar las interpretaciones erróneas.
- Lea siempre a propósito. Los cristianos no leen (o no deberían leer) la Biblia abriendo una página al azar, leyendo un versículo al azar y esperando lo mejor. La Biblia está hecha para ser estudiada con un propósito. Ya sea que estés estudiando un tema, siguiendo un plan de lectura o estudiando libro por libro, siempre debe ser con un propósito.
- Siempre deje que la Biblia interprete a la Biblia. Como ha escrito célebremente el Dr. Gordon Fee, “la Biblia nunca puede decir lo que nunca ha dicho”. El punto es que si un lector está sacando conclusiones de las Escrituras que son refutadas por versículos más claros sobre el tema, el lector ha cometido un error. Los versículos más claros sobre un tema siempre deben usarse para interpretar versículos menos claros sobre ese tema.
- Pregunte siempre: “¿cómo puedo aplicar esto?”. A veces la respuesta es simplemente que usted sabe más sobre el carácter de Dios. Sin embargo, otras veces el Señor revelará algo que tiene implicaciones directas en tu actitud, semejanza a Cristo, carácter, y/o relaciones. Es en esos momentos en los que debes tomarte a pecho Santiago 1:22, que dice: “Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.“
Explorar la sabiduría y la verdad de las Escrituras es una tarea que dura toda la vida. Es un proceso esencial, continuo (y yo recomendaría diario), de poner la verdad de la Palabra de Dios en nuestros corazones para que pueda derramarse en nuestras vidas y relaciones. Como dijo William Blake, “nos convertimos en lo que contemplamos”.
Queremos que los nuevos creyentes contemplen la Palabra de Dios con pasión y fervor para que se conviertan en seguidores sinceros y dedicados de Cristo.
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