3 Pasos fáciles para iniciar una conversación espiritual
Los íconos de corazones así como “Sé mía”. “Di que sí”. “Te extraño”. “Abrázame”. Que se utilizan en las conversaciones actuales venden más que el chocolate de acuerdo con la “Historia de los amores” de Necco Candy.
Estas frases ingeniosas nos ayudan a celebrar el amor y tal vez nos recuerdan una verdad simple: es difícil profundizar en cualquier tipo de relación sin conversación.
Pero la conversación no sucede a menos que la hagamos una prioridad. Jesús, en Su ministerio, hizo un esfuerzo por pasar tiempo con los no cristianos. ¡Era un maestro conversador!
Si queremos llegar al mundo y alcanzarlo para Cristo ahora, necesitamos hacer que el modelo de Cristo sea nuestra práctica. Te preguntaras y ¿cómo sucede esto? Aquí hay tres pasos que te serán muy útiles:
Escribe una lista
Piensa en las personas de tu comunidad a las que tienes la oportunidad de acercarte a ellas. Esto puede incluir a los jóvenes de tu iglesia, tus vecinos, tu dentista, el maestro o entrenador de la escuela de tu hijo, o tal vez un mesero en tu restaurante favorito. Tómate un tiempo para llenar tu lista y agregar a tantas personas como te sea posible.
Ora por tu lista
Ahora que tienes tu lista, ora por cada una mencionando su nombre de manera regular.
Busca oportunidades para tener conversaciones espirituales
Construir un puente a través de utilizar el método de cambiar tu conversación regular a conversaciones espirituales es un componente importante de compartir nuestra fe. Comienza con conversaciones básicas, como preguntas sobre la familia o la ocupación de las personas. Luego avanza a partir de ahí. Aquí hay algunas preguntas de ideas iniciales:¿Piensas mucho en las cosas espirituales?
- ¿Cómo ha afectado esto [inserte una experiencia específica] qué piensas acerca de Dios?
- ¿Alguna vez alguien ha tomado una Biblia y te ha mostrado cómo puedes saber con certeza que vas al cielo?
- ¿Cómo crees que una persona se convierte en cristiana?
- ¿Qué es lo último en lo que piensas antes de irte a dormir?
- Si murieras esta noche, ¿sabes con certeza que irías al cielo?
- A pesar de que hemos sido amigos por un tiempo, nunca he compartido con ustedes lo más importante de mi vida. ¿Puedo hacerlo?
- Me alegro de que pudieras visitar mi iglesia recientemente. ¿Puedo explicarte un poco más sobre ello?
Puede parecer difícil comenzar, pero con un poco de oración y practicar conversaciones espirituales comenzarán a fluir naturalmente.
“Si queremos llegar al mundo para Cristo hoy, necesitamos hacer del modelo de Cristo una práctica continua.”
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