Compartir a Jesús con alguien que no cree en Dios puede sentirse como construir una casa sin cimientos. Pero como dijo Jesús: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.” Mateo 19:26.

Dios ha alcanzado a muchísimos escépticos—como C.S. Lewis, Lee Strobel, Francis Collins, y muchos más. De verdad, no hay corazón demasiado duro para Dios.

Entonces, ¿cómo podemos compartir nuestra fe con quienes no creen? Aquí tienes cinco recordatorios clave:


1. Solo Dios puede abrir sus ojos
“El que no tiene el Espíritu no acepta lo que procede del Espíritu de Dios, pues para él es locura. No puede entenderlo, porque hay que discernirlo espiritualmente.” 1 Corintios 2:14

Nosotros no podemos cambiar corazones—solo Dios puede. Por eso la oración es fundamental. Pídele al Espíritu Santo que te guíe y que ablande su corazón. Una vida guiada por el Espíritu habla por sí sola.


2. Eres parte de algo más grande
“Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.” 1 Corintios 3:6

No cargues con la presión de querer salvar a alguien tú solo. Dios usa muchos medios—conversaciones, la naturaleza, medios de comunicación, y más. Tu papel es importante, pero Él dirige la historia completa.


3. Mira lo que hay debajo de la superficie
“El propósito en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre entendido sabe cómo sacarlo.” Proverbios 20:5

A veces, la falta de fe no es intelectual, sino emocional—basada en dolor del pasado. Haz preguntas, escucha con atención, y busca ganarte su confianza. La gente se abre cuando se siente vista y escuchada.


4. Deja que la Biblia hable
“La palabra de Dios es viva y poderosa…” Hebreos 4:12

No tengas miedo de compartir versículos, incluso con escépticos. No necesitas defender cada palabra—deja que la Palabra haga lo que solo ella puede hacer: tocar el corazón. Solo asegúrate de compartirla con amor, no como un arma.


5. Lidera con amor
“En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos: si se aman los unos a los otros.” Juan 13:35

En un mundo tan oscuro, el amor brilla con fuerza. Deja que tu vida refleje el amor de Jesús. Sé amable. Sé paciente. Sé humilde. Muchas veces, el amor es lo que más atrae a las personas a la verdad.


Sigue orando. Sigue amando. Sigue confiando. Y recuerda lo que dice Dios:
“Yo soy el SEÑOR, el Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?” Jeremías 32:27