Autenticidad: El ingrediente que falta en el evangelismo de hoy

by Jan 11, 2022Entrenamiento de Evangelismo, Evangelismo Personal

En los últimos 10 años, nuestra cultura hemos visto algunos cambios drásticos. Al mismo tiempo, la forma en que nos relacionamos entre nosotros también ha cambiado. Nos comunicamos a través de más plataformas digitales que nunca, tenemos períodos de atención más cortos, somos más lentos para confiar, y aquí está el cambio más grande: Anhelamos una conexión auténtica. De hecho, una investigación de Cigna de 2020  destaca cómo la soledad está saturando  a cada generación  debido a la falta de relaciones auténticas.

Aquí es donde entra en juego el evangelismo.

La forma en que comunicamos las buenas nuevas de Jesucristo a veces puede ser tan importante como las noticias mismas. Por ejemplo, dudo que existan muchos que digan que aventar un tratado en la cara de alguien es tan recomendable como compartir con alguien, con delicadeza, las Buenas Nuevas con compasión. El cómo puede ser importante. Y en la cultura actual, la manera en que la gente busca compartir de su fe en Cristo debe ser auténtica. Entonces, ¿cómo es el evangelismo auténtico? Existen tres cosas que podemos destacar:

Compartir tu fe con sinceridad

Probablemente hayas escuchado esto, pero vale la pena leerlo de nuevo: las personas no son proyectos, y el evangelismo es más que una simple transferencia de información. Las personas están hechas a imagen de Dios y compartir las buenas nuevas de Jesucristo con ellas debe estar motivado por un deseo sincero de ver a otros pasar del reino de las tinieblas al de la luz. Cosas increíbles suceden cuando hacemos esto.

Cuando tenemos esta sinceridad, la gente puede sentirla a kilómetros de distancia. Sienten que te preocupas profundamente por ellos (porque lo haces); sienten que estás pendiente de cada una de sus palabras (porque lo estás); se sienten vistos en una cultura donde las personas están entrenadas para mantener la cabeza baja e ignorar a todos.

Vuelve a leer ese párrafo y reflexiona un poco. ¿Crees que la gente se siente así cuando te relacionas con ellos?

Compartir tu fe con transparencia

Cuando comunicamos el evangelio, no solo estamos compartiendo “una cura” o “una solución” al problema del pecado de alguien. Les estamos hablando de Aquel que nos transformó.   La gente de hoy anhela la transparencia en un mundo donde la confianza es escasa. No deberíamos estar “hablándoles de Jesús” como si fuera alguien a quien conocemos. Necesitamos compartir sobre el Jesús que conocemos personalmente. Necesitan escuchar lo que Él hizo por ti.

Este tipo de transparencia podría implicar varias cosas. Podría significar estar abierto acerca de un pasado plagado de pecado. Podría significar asegurarse de que sepan que no eres “más santo” y que no tienes todas las respuestas. Podría significar ayudarlos a entender que Jesús no nos da vidas perfectas (y pudieras proporcionar algunos ejemplos de cómo sabes que eso es cierto). La gran conclusión aquí es que quieres dar la impresión de estar en terreno plano: un co-pecador que tiene una gran necesidad de Cristo todos los días.

Así como alguien debe sentir la sinceridad de tu mensaje, debe ser capaz de ver el amor por nuestro Salvador irradiando de ti. Cuando compartimos a Jesús como Aquel que, por Su sola gracia, nos atrapó desde una eternidad en el Infierno, estamos incluyendo algo que hoy se necesita desesperadamente. Cuando ven esa transparencia y esa apertura, cambia tu mensaje de una solución que tienes a un Salvador que conoces. Esa es una gran diferencia.

Compartir tu fe con compasión

En la mentalidad actual de la cultura de cancelación, se tiende a juzgar primero, hacer preguntas después, el elemento de la compasión al compartir tu fe es más importante que nunca.

Muchos entre los más de 5,000 que Jesús estaba a punto de alimentar en Mateo 9:36 lo estaban siguiendo solo por Sus milagros (que se revela en Juan 6:26). Pero ¿qué hizo Jesús? Tenía compasión de ellos porque eran ovejas sin pastor. Esto abrió oportunidades para compartir algunas verdades muy profundas y esenciales reveladas más adelante en Juan 6.

Tenemos la misma oportunidad de mostrar compasión cuando nos encontramos con personas con visiones del mundo y creencias muy diferentes a las que tenemos. En lugar de verlos con criterio a través de cualquier etiqueta que les hayamos asignado, podemos elegir ser compasivos. Independientemente de sus creencias o puntos de vista, podemos elegir  verlos como ovejas sin pastor. En esencia, podemos ver más allá de la etiqueta que estamos tentados a usar y, en cambio, ver a una persona creada a imagen de Dios, que carece de una relación con el Buen Pastor, el Salvador de su alma. Ese es un cambio radical de lo que la gente está encontrando diariamente en nuestra cultura. Son juzgados, etiquetados y cancelados en cada esquina. Podemos ser un increíble diferenciador cuando nos acercamos a ellos con compasión.

Estos tres aspectos de la autenticidad (sinceridad, transparencia y compasión) son esenciales para el evangelismo en la cultura actual. La gente anhela una conexión genuina en una cultura de desconfianza y confusión. Tómese el tiempo para pensar en estas cosas y creo que estará en camino de proporcionar precisamente eso.